LA MOSCA ROJA

REFLEXIONES DE UNA MOSCA ENTRE MOSCARDAS by PURA MARIA GARCIA

LIBIA: EPICENTRO DEL TERRORISMO MEDIÁTICO ( I )

LIBIA Y EL TERRORISMO MEDIÁTICO

Hablar hoy de Libia puede significar muchas cosas e implicar otras tantas. Hay quienes buscan encontrar en Libia un argumento para extender su imperio sangriento y recordarnos, en un siglo cuyo número desdice el nivel de progreso intelectual, solidario e ideológico que debería tener asociado, que hay instintos “colonizadores” que todavía no han sido superados. Otros, hallarán en Libia una bandera para justificar la venta de armas, la financiación a los “supuestos” rebeldes, en aras a una paz que ni si quiera es un atisbo de realidad, a poco que uno deje  a un lado la pupila hipócrita con la que nos programan para “contemplar” la realidad, en los países que “desinteresada y solidariamente” quieren “armar para la paz”.

Gadafi es el epicentro de miradas y juicios, de levantamientos de manos, de bocas abiertas, una diana para clavar la desesperación, para unos, y una figura patética, para otros, pero que esconde tras él un movimiento de pensamiento, una política que, en sus inicios, podía considerarse cualquier cosa excepto una dictadura, claro que, para tener este aspecto en cuenta, MIRAR a GADAFI y su ideología, implica tomar una postura activa y buscar en el pasado, documentarse acerca de la historia de Libia, el porqué de lo que sucedió cuando, hace 41 años, el supuesto loco que hoy juzgamos, trató de impulsar un cambio en la Libia de aquel momento, 1969.

Antes de escribir todo lo que voy a intentar explicar, antes de plantearme, delante de un teclado en blanco, qué decir sobre lo que está sucediendo en Libia, pensé que no iba a ser difícil encontrar documentación de suficiente calidad como para contrarrestar la mucha subjetividad que impregna los cientos de noticias y reseñas que tapizan, y construyen, la “película” de la realidad que vemos, un constructo ideológico que puede llegar, inducido por los falsimedia, a provocar que reaccionemos como el perro del fisiólogo ruso Paulov, como autómatas inducidos, programados por mentiras interesadas, falsedades lanzadas a un vacío que halla sentido especialmente en las mentes de quienes, como yo, no nos resignamos a un “porque sí” histórico, ideológico o cultural. Una vez más, mi pensamiento y mi intención, chocaron con un muro de falsas informaciones y, lo que es más grave, en mi opinión, la ocultación premeditada e interesada de datos importantísimos sobre lo que ha generado la situación libia y lo que fue, en sus inicios, la ideología que propuso un líder, Gadafi, que sin duda es un elemento, hoy por hoy, patético, pero que, como exponente político, ideológico, no puede ser pasado  por alto antes de crucificarlo. Tenemos el derecho, la obligación, de no ser víctimas de ese terrorismo mediático, a la terapia del shock y la mentira, que nos aplican, fundamentalmente, los Estado Unidos de América. Tenemos, deberíamos, tener acceso a las dos o a las miles de caras que tiene el prisma de la verdad, de la razón de las cosas, del ayer de cada hoy que sustenta a cualquier grupo humano, especialmente cuando el desconocimiento y los efectos de la inducción y la programación consecuente al terrorismo mediático, a la mentira, no importa si se le llama “verdad parcial”, nos hace invadir, asesinar, embargar, cercenar libertades y provocar o agudizar conflictos internos, guerras civiles, entre seres que, fundamentalmente, TIENEN DERECHO A VIVIR Y OPINAR.

Conozco lo que está sucediendo en las calles de Libia por informaciones que, en realidad, pueden ser consideradas más “bombardeos” que los bombardeos y explosiones que los falsimedia nos relatan como ACTOS INDUDABLES que suceden en las calles de Libia y que, sin embargo, los satélites rusos que “operan el espacio libio”, capaces de detectar al milímetro las operaciones militares más mínimas y sus consecuencias, niegan, reiteradamente el nivel de actividad bélica que Europa, con su OTAN en paro si no tiene “misiones” que justifiquen su mantenimiento oneroso e inexplicable, o los EEUU relatan, valiéndose de sus “altavoces” de mentiras, como diarios y canales televisivos. En una sociedad que, supuestamente, ha generado medios para el acercamiento al conocimiento, a la realidad, para que desarrollemos, después, un espíritu cada vez más crítico y analítico, lo que sucede es extrañamente inverso: una noticia se extiende, en cuestión de horas, de un confín al otro, a casi sin eliminar ni una coma del original y, por supuesto, sin que nadie se cuestione si hay “un detrás”, un “backstage” tras la información que nos trae y que hará que el escenario de la realidad que TODOS contemplemos tenga un matiz u otro, nos provoque una reacción u otra, asesinar, ir a la guerra o comprender.

Más allá de juzgar a Gadafi como personaje, que no es el objeto de mis palabras, quiero reflexionar y contrarrestar el terrorismo mediático del que me siento víctima, recogiendo datos y hechos que quizás ayuden a contemplar la realidad Libia de otra forma:

-Cuando, hace 41 años, Muamar Gadafi, entonces coronel, y sus oficiales tomaron el poder, Libia era una de las bases militares más importantes americanas, una llave valiosísima para el acceso de los americanos al continente africano, por el norte, y un lugar más que idóneo para que los soldados americanos experimentasen a sus anchas con armamento y bombas e incluso, durante la guerra fría, fue escenario de lanzamientos de misiles americanos ocultados a los ciudadanos por el Pentágono y hoy reconocidos, tras la desclasificación de documentos, entonces secretos. Antes del desmantelamiento de la base, un año después de la llegada al poder de Gadafi, fueron evacuados la nada insignificante cifra de 4.600 americanos, entre soldados y personal de servicios.

-Tras el descubrimiento del potencial petrolífero y energético que Libia tenía, ya en la década de los sesenta, Europa y América, representadas por las multinacionales del petróleo más poderosas, intentaron “colonizar” el país para lucrarse, costumbre que no han abandonado, a costa de empobrecer a los ciudadanos. Libia, con Gadafi y su ideología al frente, se negó a esta “relación de confraternidad internacional  repentina” e incluso se alzó ante los dos gigantes extranjeros, expresando su deseo enardecido de buscar la autodeterminación y no dejarse manejar por los hilos europeos y americanos, llegando, en 1973, a encabezar el grupo de países que intentaron provocar el embargo petrolífero contra los EEUUAA.

-Si analizamos con profundidad la figura de Gadafi, no está tan lejos, en cuanto a su despotismo, de la prepotencia de otros líderes, eso sí, usuarios de un atrezzo más elegante y discreto como son Mr. Blair, en Europa, o una de las figuras más impresentables de la Historia Contemporánea, Mr. George H.W. Bush, una de las manos que ordenó con mayor insistencia a los altos mandos de la CIA que terminase, a toda costa, con Gadafi, lo asesinase, como hizo cuando autorizó el bombardeó que acabó con la vida de la hija pequeña del líder libio, para sustituirlo con un líder pro-americano.

-Hay analistas que se atreven, no sin  contrastar información válida y variada, a afirmar que Al- Queda es, fundamentalmente, una elucubración, un invento “real” de occidente, un grupo que es, en realidad, un grupo de terroristas pagados y entrenados por los Estados Unidos de América, ese país de paz y predicadores, terroristas que están dirigidos a cumplir misiones de desestabilización para asegurar los intereses americanos allá donde peligran por los deseos de “liberación” o “autodeterminación”, de “esos árabes fanáticos que no se avienen a las directrices americanas”.

-En el escenario establecido, pieza a pieza, por los falsimedia, con sus armas de terrorismo mediático, hay otros actores no menos principales en relación a Libia: “la oposición”, agrupados, por los terroristas mediáticos de occidente, bajo unas siglas ampulosas que, como todo, tienen un “detrás” que no deberíamos desconocer. Se trata del NATIONAL FRONT FOR THE SALVATION OF LIBYA (NFSL), un grupo que, según medios falsimediáticos, como el NEW YORK TIMES, son unos ciudadanos magníficos, inocentes, demócratas de pro, tan pacifistas que están, más o menos, oponiéndose a Gadafi por hacer “una buena acción” y no porque tras ellos exista ni intereses creados ni otro tipo de “intencionalidad”. Lo que las falsimediáticas voces no cuentan, y callan impunemente, es que este frente liberador y bondadoso participó en la Conferencia nacional para la oposición Libia, mantenida en Londres, y que su bondad fue, y es, incentivada económica y armamentísticamente por fondos europeos, ingleses, mayoritariamente, y americanos, azuzados y respaldados por líderes como el de Sudán. Nimieri, otra marioneta americana que colaboró con una inusual estrecha relación con la CIA, permitiendo atrocidades, que se ocultan, en su propio país. EEUUAA, Europa y la “desinteresada y carroñera” Israel, están tras estos biendefensores de Libia que luchan para salvar a LIBIA y “democratizarla”, término eufemístico de “luchar para conseguir un aparte sustanciosa del pastel del crudo”.

Esos son algunos de los lapsus de memoria que los falsimedia han olvidado, en su amnesia perenne, comentar en voz alta para que, al menos, TENGAMOS EL DERECHO A CONOCER antes de opinar, juzgar, invadir, asesinar…

Hay más datos que  formarán la segunda parte de estas reflexiones.

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