Al modo de Sabina, salvando las muy-mucha distancia y su facilidad para cambiarse de chaqueta, rimas de esta DECLARADA INDIGNADA sobre las RAPACES AVES, la ppodrida clase política, que se empeña, incansable, en convertirnos en carroña.
Rapaces, de ahora y siempre, sobrevuelan
un cielo que es infierno, sin embargo.
Abren sus alas de humo y muerte
sobre tierras con la guerra que ellos crean.
Agotan con cadenas infinitas
la boca de quien alza la voz,
reclama, dice, grita.
Sarkozy, el magno, embala aviones,
mientras sonríe a las abuelas bajo manga,
acepta cheques podridos que retiene
en paraísos fiscales sin aduana.
No sé qué palabra se utiliza
en francés para señal del genocida,
él debe creer que se entroniza
si, a traición, deja caer la muerte sobre Libia.
Canturrea a la sombra podrida de la Merkel,
ese brazo de hierro sin entrañas
que al chantaje le entra a la moneda
para sentir que los cabezas sin cabeza de esta Europa
le obedecen con el euro como autistas.
Asesinos cuidadosos,
auténticos mafiosos
que pasean, bate en ristre, por el foro
donde los indignados que aún sueñan todo esperan.
Nos dejaron las plazas por un rato,
nos hicieron creer que sus oídos
escuchaban la voz que ahora nos niegan
y, en premio, sutil trampa nos tendieron:
una reforma sin forma se camelan
sin preguntarnos siquiera, por si cuela.
Ya no hay norte que sea norte, ni refugio,
amasan podredumbre en su bolsillo,
golpean nuestro rostro mientras acusan
a la sospechosa libertad de terrorista.
“Mamonea, que algo queda”, dicen unos.
“Aporrea, que revienten” dicen otros.
Dan ruedas de prensa entre el silencio,
mercenarios que piden austeridad
y se recrean en negocios
que tienen truculentos beneficios
escondidos en gráficas de mierda.
Ahora sabemos sus nombres y qué piensan.
Se rifan a los dados el petróleo
de Libia, después de destruirla,
exigiendo comer su parte de la tarta.
Usureros de bancos aparentes,
aparentes prestamistas que nos salvan
hasta que tendemos la mano y nos escupen
intereses infinitos de miseria.
Dedican su tiempo aristocrático
a jugar a los barquitos con la muerte,
porque cambian la vida por su fin
y cierran hacia Gaza cualquier puente.
Naciones Unidas por mentiras,
Fondos Internacionales, sin dinero, de autoengaño,
Cumbres de un G-20 sin montañas sin laderas.
Sois la cara más real de los infiernos,
vampiros de la sangre del que gime.
No contéis con mi aire, ni mi alma,
caníbales de la razón y las ideas.
Podríos, negociando con las bombas.
No me esperéis, aves rapaces, en las urnas.
Llegará sin duda el tiempo negro
en que os comáis unos a otros por un dólar.
Os veremos desfilar, la muerte en ristre,
porque perderéis, para ganar, hasta la sombra.
Un excelente repasito a los perros de presa, que obedecen a sus amos anonimos, sin nombre,, sin cara, sin alma, sin entrañas y sin corazón. Les repudio y solo espero que se pudran y quemen en las brasas de sus billetes
Ellos mismos se están metiendo en una encerrona.Sobrepasan la inercia de una sabia naturaleza a la que no se puede retar.Y si la retas pierdes siempre.No es posible llegar nadando hasta New York y ellos se están proponiendo imposibles.Van en contra de las mayorías de habitantes del planeta,robándo y matando y consumiendo y fabricando fotos de Lincoln.
Poesia total, nada de «coplillas», que ens fa reflexió atòpica i crònica de la humanitat. Un b7.